BUENOS AIRES (De nuestra enviada especial, Magena Valentié).- Color, calor, fe y emoción. Miles de devotos -especialmente jóvenes- colmaron la plaza de Mayo para rezar y apoyar al Papa Francisco durante el histórico acto inaugural de su pontificado.
Sin dudas el momento más emotivo de la vigilia ocurrió a las tres y media de la mañana, cuando sonó el teléfono de la Catedral. Era el Papa, que quería preguntar cómo estaban las cosas en la Catedral y enviar su mensaje a quienes que le hacían "el aguante". Lo conectaron al audio general en la plaza y todos pudieron escucharlo en vivo y en directo. La gente lloraba de la emoción. Y después se quedó 45 minutos sin poder reaccionar, hasta que después se retomaron los cantos y la música.
Mientras se plasmaba una hoja importante de la historia del mundo, otras historias emocionantes surgían en la plaza de Mayo. Como la de Luján Gutiérrez, de 24, quien trabaja tantas horas que nunca tuvo tiempo de bautizar a su hijito, de un año y ocho meses. Anoche, en la Carpa Misionera, la joven mamá decidió bautizarlo ¡Le puso de nombre Cristiano! "Vine a la plaza solamente a ver la asunción del Papa pero me nació del alma pedir el bautismo para mi hijo", dijo Luján con los ojos llenos de lágrimas.
Gente de la Villa 21 también participó de la vigilia. El cura "villero" Juan Isasmendi estuvo junto a los jóvenes Sergio Mencia, Leticia Verón y Clara Núñez. "En la villa vamos a extrañar mucho al padre Bergoglio, porque él nos daba las misas y que además iba a visitarnos en nuestro colegio", dijeron.
Miles de fieles llegaron al paseo público porteño a las 22 y se quedaron allí hasta esta mañana. Como Agustina Argos, de Carmen de Patagones; Belén Thione, de Balcarce; Vanessa Alvarez, de Chaco; y la hermana Gabriela Figlioli, de la congregacion religiosa de María Inmaculada. "Estamos felices por vivir este momento histórico junto al Papa", gritaron felices las jóvenes de la residencia universitaria Vicenta María. A pesar de la distancia, aguante no le faltó a Fracisco. LA GACETA